lunes, 12 de noviembre de 2012

Te voy a contar un cuento...

A mi princesa dormida, a la luz de mis ojos, a mis sueños aún sin forma ni nombre, a la hija que tanto deseo y que ahora sólo es una pequeña parte de mi pensamiento.

A ti y sólo a ti van dirigidas estas cartas, porque vas a nacer y crecer en un mundo extraño, un mundo diferente al mío y en el que, quizás, algún día te lleven muy lejos de mí. Por eso quiero regalarte este cuento, este pedacito de verdad, para que parte de mi esencia (de mi verdadero yo) te acompañe allá donde vayas.

Sé que vas a leer cosas que te sorprendan, que te hagan cuestionar tu forma de ver el mundo... no es mi intención manipular tus creencias, pequeña, yo sólo quiero que pienses por ti misma y que nadie decida por ti. Espero que saber que tu madre era más que lo que has visto y que lo que te han contado te anime a tomar un día las riendas de tu futuro (pero cuídate, no hagas tonterías) y escribir tu destino.

Pero, sobre todo, no olvides una cosa muy, muy, muy importante: siempre te he querido, incluso antes de que existieras.